sábado, 13 de octubre de 2012

Sobre eso que nos corrompe.


¿Qué sabes tú sobre lo que guardan bajo su capa de oro?”

El sonido de una gota caer y los rayos mañaneros del Sol entrando por la ventana entreabierta, dejaban atrás las sensaciones percibidas en el momento de agonía que habían de recordar las tardes en las que jugaba con su perro, sus primeros amores fracasados, las tardes intentando llenar el vacío que había dentro de él y sus últimas noches paseando por el limbo y queriéndose creer que la estatua de un niño lo miraba. Pues ahora estaba vivo y despierto, en una camilla de hospital donde solo vio a médicos y enfermeros. Entonces recordó que estaba vivo en contra de su voluntad porque no soportaba ese sentimiento que decidió vivir en él.

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