sábado, 30 de noviembre de 2013

Venganza (V) - La masacre del robot.

   No lo podía creer. No podía creer que aquellas ironías y retóricas hechas por aquellos mediocres fuesen dirigidas de forma indirecta a lo que más daño le hacía. No tenía madre, no tenía padre. Se preguntó por qué a una persona como él mismo lo necesitaba el mundo. Se intentó levantar como hacía cada vez que se encontraba con estas inquietudes. Pero es que, ellos habían ido demasiado lejos. Sí, había sido un marginado toda la vida, por muy cruel que pueda parecer, siempre lo verían así. Así que no se levantó, y el 17 de Noviembre de un año sin importancia, dejó los nervios dejó las inquietudes y supo qué debía hacer.
   No era abandonar, eso era de cobardes. tomo su teléfono y citó a todos los nacidos en Carquego en los años malditos e imperdonables. Fueron entrando todos. Volvieron las ironías, las indirectas, que ahora captaba perfectamente. "¿Bueno Pepe que nos querías decir?", "Huele a gas." Mácinguer tomó su mechero, y lo abrió. Una explosión de fuego y angustia acabó con toda una generación. Se perdió una generación entera, porque un marginado quiso tomarse la justicia por su mano. Que cada uno piense de quién fue la culpa. 
   Alberto despertó esa mañana, y cinco minutos más tarde, cuando leyó el periódico de la mañana, supo que Mácinguer le había querido salvar la vida.