jueves, 18 de junio de 2015

Venganza (VIII)

   El día que perdimos, perdieron todos para siempre. Si se puede ganar, pero perdimos. La lucha seguirá en silencio más allá de lo que dure la humanidad, y más allá de lo que dure nuestra efímera vida. La mejor manera de ganar no es olvidarse de anotar los tantos, la mejor manera de ganar es ir más allá de las reglas establecidas. Buenas noches.

"Se habla con frecuencia de los Derechos Humanos, pero hay que hablar también de los Derechos de la Humanidad".

sábado, 13 de junio de 2015

Orgullo (IX)

Y parece ser que soy yo el que cree estar contigo. No es así, ojalá fuese así. Pero perdona por creer que cuando decías que ojalá yo fuese como él querías que tu vida fuese conmigo. Perdona que viese esperanzas en el momento más decadente de tu alma, cuando me dijiste que había desaprovechado el momento en el que nuestros caminos se cruzaron y ambos sentíamos lo mismo. Todo ha acabado. Siento que no podré dormir ni estar despierto, pero todo esta perdido.
Lamento no haber sido tu ideal. Para ti seremos miles de genes, para mi infinitas cuerdas, pero en lo mas fondo de mi ser no puedo dejar de pensar en la persona que me dijo una vez que si todo era materia, qué era el amor. Pero lo intentaré, aunque los recuerdos nunca prevalecerán.

Esperar (II)

Sabes que todos estos últimos momentos han estado dedicados a ti. Que en todo momento solo estaba pensando en hablar contigo pues ese es el mayor placer que se me pueda brindar en este mundo. Me olvidé de anotar los tantos, pues hay quien dice que es la mejor manera de ganar. Pero no se puede ganar, estamos en ligas diferentes. No te puedo recriminar lo que eres, eso esta en tus genes, y entiendes mucho de esos temas. Pero lo hice. Y me arrepiento.
No busque culpables de que me sienta así contigo, nadie ha dicho nada malo de ti. Simplemente se obtienen conclusiones normalmente acertadas pues los indicios son muy claros.

jueves, 4 de junio de 2015

Orgullo (VIII)

   Ni el amor ni la amistad son para siempre, pero el orgullo sí. Cuántas veces me habrás escuchado decir esa frase. Y es que no fue hasta que me di cuenta de que mi propio orgullo no puede estar por encima mía, no empecé de verdad a verlo todo tal y como era y a darme cuenta de la buena persona en la que me estabas convirtiendo. Pero no he podido luchar contra mi naturaleza. De nada sirve ser impulsivo, pero incluso sabiéndolo no escuchas a esa voz de dentro que te recuerda como eres y como debes ser realmente. Mas yo lo fui, y ahora la sensación vuelve a ser la de siempre. Eres en lo último que pienso cuando me acuesto y en lo primero cuando me levanto, y no me gusta, no quiero seguir así. Ojalá todo fuera mentira, y tu me lo pudieses aclarar, pero he debido de echarlo todo a perder, lo siento. Pero solo espero que el perdón humano nos libre y se haga partícipe en este pobre orgulloso que no hace más que ver como se equivoca con todas sus acciones.