lunes, 22 de octubre de 2012

Todo perdura.

   "Por el placer que le dio esa mujer, supo por qué los hombres temían a la muerte"  Gabriel García Márquez

   Sabiendo que la había perdido y que jamás la tendría , pues había tomado el camino equivocado, aun así, allí estaban cumpliendo la triste promesa que cuando solo eran uno niños hicieron para que él tuviese algo con qué vivir en ilusión y revivir la triste pasión juvenil de la soledad compartida. La miró otra vez, pensó en lanzarse, pero no era la solución, pues había acabado todo desde el día que creyó que por la distancia la solución sería abandonar e intentar olvidar, pues siempre se consideró una persona de bajos sentimiento que admiraba a aquellos que eran capaces de llorar y emocionarse con una canción.
  Una vez terminado el encuentro, finalizados los tristes momentos de recuerdos y cumplida la promesa al fin, después de muchos años, ella se fue, y cuando cerró la puerta él solo pudo pensar en como podrían haber sido las cosas si no hubiese abandonado. Entonces una lágrima cayó al café y por primera vez en todo el día se sintió feliz, pues se acababa de dar cuenta de que sí era capaz de sentir.

domingo, 21 de octubre de 2012

Venganza.

   "Cualquier cosa puede ser imborrable si tu quieres, pero lo realmente eterno es aquello que se hace inmortal sin que te des cuenta"

    En el reguero de sangre vio su vida discurrir, pues sabía perfectamente qué significaba lo que acababa de hacer, y por mucho que fingiese su arrepentimiento, había basado su vida en un odio eterno que solo podía acabar con la única cosa inevitable: la muerte. Su imperdonado se retorcía de dolor bajo la lluvia dejando clavados los ojos en los suyos y viendo que el odio se desvanecía con el honor de la venganza por habérselo arrebatado todo.
  Años más tarde el mismo odio que vio la víctima en los ojos del asesino, éste lo vio en los ojos de su madre mientras le metían el veneno en vena y los familiares de la víctima eran ahora los que disfrutaban con la venganza. Solo se sintió mal en aquella mesa con el veneno llegando a su corazón, cuando se acordó de su padre que sabía que estaba triste por los gemidos que se tragaba y no por lo que hacía aflorar afuera con sus lágrimas.

jueves, 18 de octubre de 2012

18 - 10 - 12

"No usaré jamás el número cero"


   Desde que naces te toca acaparar con tus problemas, pero a medida de que creces todo crece contigo y te toca coger lo tuyo, y lo de aquellos que te rodean, he incluso de de aquellos que ni siquiera conoces pero que por alguna razón que aun no ha terminado de crearse te toca te callas y lo tomas. Todo se solucionaría si no hubiese nadie, si tú fuese quien rigiese TU vida y solo la tuya. Pero pasa que no somos capaces de soportar la lo que nos corrompe, y todo continuará igual.

miércoles, 17 de octubre de 2012

...Y Jorge fue feliz.



¿Por qué suena el despertador? ¡Pero si es sábado!-pesó Jorge-. Después de aquel sobresalto, se volvió a tumbar en la cama. Al ver que no podía dormirse se levantó.
Por el pasillo se percató de algo extraño. Retrocedió hasta el espejo y se miró, o al menos eso fue lo que intentó, pues el espejo no reflejaba su imagen. No sabía lo que había sucedido con su pelo castaño y cuidado; con sus ojos verdes, nariz puntiaguda y orejas de soplillo (como decía su abuela); tampoco había rastro de su cuerpo delgado casi esquelético. Bajó corriendo las escaleras hasta la cocina para llamar a su madre. Al no verla en la planta de abajo, volvió a subir a la de arriba, donde vio a su madre tendiendo la ropa.
-¡Hola! -saludó Jorge. Pero parecía que el ruido de la lavadora, no había dejado percatarse a la madre de la presencia de Jorge.
-¡Mamá! -pero la madre no respondía.
Ahora la desesperación era su peor enemiga. No lo veía su madre, no se reflejaba en el espejo, y tras gritar dentro de su casa y fuera de ella, nadie se daba cuenta de su presencia. Podría haber sido una broma de mal gusto, pero no se reflejaba en los espejos.
Tras dar más de diez vueltas por el barrio volvió a casa llorando y temblando. Su madre estaba dentro de la casa, pero no sólo ella. Había médicos y enfermeros, y ahora que lo recordaba, una ambulancia en la calle. Sólo pudo ver cómo colocaban el cuerpo de un niño y el de una mujer en dos ataúdes. Su madre al ver a Jorge le dijo:
-Hijo, te he estado esperando.
¿Por qué sí lo veía ahora? El caso es que se alegraba. Y sintió una paz interior que jamás había percibido.

                                                                                                        

                                                                                                                           Noviembre de 2009


martes, 16 de octubre de 2012

El tren de la una no tiene maquinista.


Me queda mucho tiempo por vivir, y creo que lo he vivido todo, lo único que no he hecho ha sido montar en el tren, quizá en el encuentre nuevas cosas que rompan con la monotonía  que hace poco decidió habitar conmigo y se ha traído consigo sus cosas más imprescindibles.

Pues allí había un grupo flores esperando el tren para escapar del verde bosque. Todas pegadas a la barandilla, dispuestas a tirarse al tren en marcha, que viaja sin maquinista. Pasó el primer tren, no paró. Muchas cayeron a la vía del tren sin éxito mientras que otra parte muy reducida conseguía caer dentro y viajar hasta confines inhabitados...
Pasaron años hasta que el tren envuelto en una bruma de niebla, creó un revuelo entre las flores que llegaron hasta la barandilla empapados en sudor y angustia ante la llegada del ten. Pero esta vez, ninguno consiguió llegar hasta el tren. Cuando todas las flores volvieron de su intento vieron un pensamiento que permanecía sentado en su banco tranquilamente que ni siquiera se había movido.
   -¿Por qué ni siquiera has intentado lanzarte a por el tren? -dijo una rosa-.
   -¿De verdad que no os habéis dado cuenta de que el tren para unos metros más adelante? -dijo el pensamiento-.
   -Sí, pero así tenemos excusa de dejar pasar una oportunidad tan grande como esta.
   -¿Qué oportunidad?
   -La de hacer un pacto.
   -Me estoy perdiendo.
   -Este tren nos nos lleva ante nosotros y nos da la oportunidad de ser felices mediante un pacto con nosotros mismos, que no nos importe estar rodeados de árboles grandes de color verde homogéneo.
   -¿Y ante tal tentativa cómo es que no vais y os montáis en el tren?
La rosa suspiró y sintió que aparecía rocío en sus pétalos.
   -Porque es difícil mantener el pacto, y si lo rompes serás infeliz el resto de tu vida.

16 -10 -12

Bajando por algún lugar remoto siguiendo el camino establecido por ellos encuentro alguien florecer con más color que nadie, pero es tapado por árboles grandes y aburridos verde homogéneo... La ruta se convirtió en mi destino aun sabiendo la gran mentira que esconde. Quizá sea mejor rebajarse, ¿o subir? al nivel de los árboles. El tren seguirá pasando pero yo crearé mi propia realidad gracias al pacto que hice conmigo mismo.
¡Cómo me gustaría firmar esta carta, o lo que sea! Pero para eso tendría que saber quien soy y a donde voy...

lunes, 15 de octubre de 2012

Con un gran interrogante

"Hoy día la gente sabe el precio de muchas cosas pero ignora su valor"
Oscar Wilde

-Bien señor, se su nombre, su dirección y su DNI. También sé el nombre de sus hijos, de su mujer, su padre, y las edades de todos. Me ha contado también su trayectoria estudiantil el nombre de sus profesores, maestros y el nombre de sus mascotas. Sé en lo que traja usted su sueldo y que está muy contento con él. Conozco a sus amigos y amigas a sus antiguos amores y su patrimonio. Usted tuvo tres multas de tráfico y una por agresión aunque no fuese cierto. Habla tres idiomas toca un instrumento y le gustaría ser conpositor aunque nunca tuviste buen oído. Por eso antes de ser arquitecto eras luthier.
-Correcto, todo es cierto.
-Bien ahora dime: ¿Quién eres?

domingo, 14 de octubre de 2012

Cien años de Soledad.

"El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad" Gabriel García Márquez.


Grabiel García Márquez comienza su obra hablando de los gitanos, que por aquél entonces llegaban al pueblo, y de los fundadores de Macondo, José Arcadio y Úrsula Iguarán que dan comienzo a la estirpe de los Buendía que ha de durar, como bien indica el título, cien años. A partir de ese punto, comienzan las generaciones invadidas por la maldición de la soledad. Una observación que queda muy clara, y que además Úrsula Iguarán apunta, es que el tiempo parece no pasar en la estirpe de los Buendía.
Y éste, es uno de los rasgos más característicos de la obra. El tiempo no pasa, sino que se desarrolla en círculos. La repetición de los nombres en los miembros de la familia a lo largo de la historia, los mismos errores que cometen una y otra vez los personajes y los pecados que comenten siempre que los lleva a la perdición: violencia e incesto. Éstos rasgos podrían hacer parecer a la obra repetitiva y aburrida, pero el autor, se encarga de que no sea así.
Violencia, pues así inician Macondo sus fundadores, escapando de un horrible crimen relacionado con los gallos de pelea. Y también como se observa, la gran tendencia que tienen sobre todo los personajes principales a participar en la guerra.
Incesto, se da a conocer desde el principio al igual que la violencia. Los fundadores de Macondo, José Arcadio y Úrsula, eran primos y no querían procrear, por miedo a que sus hijos naciesen con “cola de cerdo”. Y así, se repite muy a menudo esta situación, en la que por soledad, los personajes se ven arrastrados al incesto.
Aunque su autor le quite importancia a este libro y le de más mérito a su otra gran obra "El amor en los tiempos del cólera" esta es, para mí, la única obra que he leído que es capaz de trasmitir un sentimiento que no sean los explotados, amor y muerte, sin a penas nombrarlo. Y es cierto, la palabra "soledad", a pesar de ser el sentimiento principal de la obra, es la que menos nombra. Los personajes tienen la maldición de la soledad y no hace falta decirlo, porque a través de la historia, lo deja bastante claro.
En cuanto a la metáfora y a la historia que hay realmente detrás de las letras que conforman esta obra, no quiero decir demasiado pues, hay muchísimas, y sé que la mayor parte se me escapan. Como excepción, comento por último, el castaño.
El primer José Arcadio Buendía, fundador de Macondo, pasa su vejez bajo el castaño atado y con la única compañía de su mujer Úrsula que apenas tenía tiempo de ir con él porque estaba ocupada con las tareas de la casa. En una ocasión sueltan a José Arcadio, pero este no corrió porque, como dice García Márquez, algo más allá de lo puramente material lo mantenía atado a la sombra del castaño. Este es sin duda mi momento favorito de la obra.
Podría seguir contado sobre el libro, pero veo mejor que ustedes se lo lean, porque les trasmitirá todo y mucho más y les aseguro que el final, les dejará de piedra.

sábado, 13 de octubre de 2012

Mi relato de Coca Cola, "La pulga de oro"



    "Para ser hay que ser percibido, o si cae un árbol en el bosque y no hay nadie para escucharlo, ¿hace ruido el árbol?" George Berkeley.


Dicen que, en los pensamientos de un filósofo, habitaba una pulga famosa entre todas las demás por ser de un color dorado deslumbrante. 
Una mañana en cuál los rayos mañaneros del Sol no llegaban a alumbrar los ríos de asfalto, cortesía del hombre, la pulga se despertó y al ir a mirarse a su grandioso espejo descubrió algo: en la punta de una de sus patitas, el oro había desaparecido...
La rabia corría en su cuerpo, como llamas quemando la total felicidad que tenía. Como gran ejemplo de pulga que era, fue a poner remedio al problema yendo a ver al gran sabio de la ciudad. 
Apareció él, de cristal, el pulgón de cristal, transparente como las gotas de lluvia que han faltado en nuestras ventanas este pasado noviembre.
-Mire pulgón fíjese en dedo
Tras examinar el dedo de la pulga, el sabio comenzó su discurso
-Quisiera que supiese, que conozco millones de tintes, que pueden cubrir esa imperfección, pero por lo que su mirada muestra, ¿ese no es su objetivo verdad?
- La verdad, no. Me gustaría, ser normal, con mis imperfecciones y no tener este tinte cubriéndome de arriba hasta abajo.
-Eso tiene fácil solución -interrumpió el sabio- lo que uno guarda bajo su capa de oro, al cabo del tiempo, se acaba sabiendo..
-Lo sé, pero hay algo, quizá sea una persona, o todas, que me obliga a pintarme.
El sabio contempló extrañado y dejó que continuara:
-Sí, como lo oye. Desde que apareció en mi vida , ha sido una total amargura. Ella la "pintora" como la llamo, me obliga a ser perfecta, para que me acepten, para sobresalir sobre ella.
-Entiendo. Si consigues, sin salir de tu casa, hacer un sendero, e ir a un lugar de ensueño donde las estrellas más brillantes no son las más grandiosas, la pintora deja de existir, pero ten cuidado y cuídate, la pintora puede dar contigo, dispone de una lupa increíble.
Más tarde en su casa, la pulga, intentó hacer lo que refirió el sabio.
Su infancia, allí apareció ella, la imperdonada, que le obligó a cambiar.
Su adolescencia, todos sus amigos habrían sido seguramente una falsa.
Su madurez, su mujer, sus hijos, esto era lo más grave. Los versos que le dedicó a su mujer para conquistarla: "Distante hasta el fin de los tiempos llevaré conmigo todo el amor que me distes y recordaré tu voz para que me de serenidad y una razón para vivir". Se enamoró de él por el oro, un oro que no era real.
Habían pasado veinte años y la pulga iba a abandonar cuando vio una imagen: era él, su familia, sus amigos y la pintora, todos juntos, pero había una peculiaridad: en la punta de su dedo no había oro...
La pintora ya no existía, ¡o quizá nunca existió?, solo sabía que ahora daba igual de que lado soplase el viento, en que dirección lo acompañasen las nubes, pues ahora le tocaba a él, sin fronteras, se quitó el oro y salió a la gran ciudad para que todos lo viesen marcharse.
-Hoy -empezó a decir la pulga- que el llanto de las aves se intuye por el gemido y no por las lágrimas, me voy. Hoy, que descubro que no ha habido razones para ser infeliz, que puedo perdonar a los imperdonados y hoy, que descubro que la estrella que más brilla no es la más grandiosa, me voy en paz. A todo el mundo y a todos mis amigos, os quiero, pero debo partir. Estas son las últimas palabras que diré y me liberaran. Por favor sonrían, sonrían cuando piensen en mí, mi cuerpo se va eso, es todo.

Irse es cosa fácil, pero lo que dejas atrás es lo más duro.

Todos los vecinos volvieron a sus casas, mientras las lágrimas turbias de tristeza inundaban las calles, y el filósofo terminaba de pensar.

(Primer premio del concurso Jóvenes Talentos Coca Cola 52º edición de los pueblos de Córdoba)

Sobre eso que nos corrompe.


¿Qué sabes tú sobre lo que guardan bajo su capa de oro?”

El sonido de una gota caer y los rayos mañaneros del Sol entrando por la ventana entreabierta, dejaban atrás las sensaciones percibidas en el momento de agonía que habían de recordar las tardes en las que jugaba con su perro, sus primeros amores fracasados, las tardes intentando llenar el vacío que había dentro de él y sus últimas noches paseando por el limbo y queriéndose creer que la estatua de un niño lo miraba. Pues ahora estaba vivo y despierto, en una camilla de hospital donde solo vio a médicos y enfermeros. Entonces recordó que estaba vivo en contra de su voluntad porque no soportaba ese sentimiento que decidió vivir en él.

viernes, 12 de octubre de 2012

12 - 10 - 12

     
 "Hoy he aprendido a intuir el llanto de las palomas ;) por sus gemidos y no por sus lágrimas"


     Hasta que no me di cuenta realmente de que a veces lo más cercano a ti es todo lo que odias, e incluso tu mismo eres la clase de persona que no quieres ver, no me decidí a crear este blog. Porque no hay que vivir para el orgullo, porque se acaba perdiendo, y pierdes las primeras veces. Por primera vez haré esto por mí y no por nadie.