miércoles, 15 de octubre de 2014

Crónica de los pequeños sentimientos que formaron un imperio.

   La nación se conforma desde la ciudadanía. La ciudadanía puede existir sin nación pero no viceversa. Los elementos que hasta ahora creíamos que conformaban una nación, podemos entender que son simplemente un manto para cobijar y camuflar los problemas más importantes de los ciudadanos. Un imperativo que se les asigna a todos por igual. El estado de la nación quedaron separados hace ya mucho, cuando nos dimos cuenta que las guerras que se libraban los de arriba no tenían más que intereses económico para ellos. Y los verdaderos patriotas dejaron de ser los que se emocionaban por un himno, si no aquellos que verdaderamente quería lo mejor para los ciudadanos, porque estos ciudadanos eran ellos mismos.