domingo, 20 de enero de 2013

Venganza (II)

"Quién no ha de salirse con la suya"

   Recuerden la triste verdad que acarrea la venganza. Pues el reguero de muerte que allí discurría llevaba un poco de sangre, hubo significado, la incertidumbre que se ha de traducir en un profundo arrepentimiento. Y más aún cuando aquel río fue eterno queriéndolo todos menos aquél que le dio lugar, el arrepentimiento no tenía donde esconderse. Triste pero cierto que haya que no salirse con la suya para que él venga. Triste pero cierto, que haya que darse cuenta de que es evidente. La culpa empieza y el arrepentimiento aflora. "Todo lo que hube creído o imaginado se va, y que sepas, aunque ya no vuelvas a oír que hubo sido culpa de ambos".
Ahora quizá hubiera tocado esperar y querer convencerse de que había aún una pequeña esperanza por la que luchar. Pero atrasar los hechos no tiene lógica. El reguero de sangre ya llega a la casa de sus queridos. Lo siento, porque ahora sí que lo siento.