viernes, 4 de octubre de 2013

Orgullo (II)

   ¿Recuerda? ¡Sí! ¡Recuerden! ¿¡El que no sirve para servir no sirve para vivir!? ¿Y quién lo dijo? Los que sirven a un engaño ¡Já! Prefiero un ideal que me deje ser libre, no tener que servir.
   Pero volvamos a que, llegando desde que nacimos hasta que íbamos esperando acabar con cada etapa para ser más libres. ¿Recuerdan aquellos chistes de esa libertad que no llegaba? Pues aquí es que hubo quién no los entendió, o es que eran demasiado crueles. Mandó el sobre con el dinero y con una nota de explicación tan breve que por no ser que estaba escrita a mano solo se hubiese entendido que se devolvía un préstamo.
   Siempre fantaseó cuando era joven con mandar esa carta una vez que la vida le hubiese devuelto lo que había había hecho por ella, en forma material, claro. Pero ahora, que se disponía a enviarla se planteó si lo hacía de verdad por que lo ansiaba tanto como él creía, o ejecutaba su plan, por lo mismo que un hermano descabeza las muñecas de su hermana pequeña: porque puede.

1 comentario:

  1. Me alegro de seguir leyéndote, Juan Luis. Quiero que sepas que, con mucho orgullo, te pongo como ejemplo a mis nuevos alumnos cada curso. Un abrazo y ánimos en este maravilloso mundo de la escritura. Fdo.- Juan Ruiz

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